Durante el viaje desde Hat hasta Volantis, lady Tysha, que ya había mostrado cierto interés en ser Nero se muestra aún más insinuante. Vistiendo ligeras sedas no son pocas las noches que le invita a su cuarto a conversar, beber vino y comer ricas frutas procedentes de los jardines de Hat.
Por fin, tras una de estas noches, mientras el alba despunta la gran bahía de Volantis se abre ante los tripulantes de la Cormorán. Tras arribar, lady Tysha envía a Ignatus a que reserve dos habitaciones con buenas vistas en La Casa del Mercader. Mientras, ella junto con ser Nero recorren el puerto, ilustrando la joven al caballero con la historia de la hija primogénita de Valyria, Volantis.
Mientras, Salenna sale del Templo Rojo en busca de las señales que R'hllor enviara a Benerro, y que le conducirían a la joven que domina las llamas: un sol dorado, una balanza, tres monedas de oro y un cielo azul. Decide preguntar a marineros y gentes del puerto, aunque ninguno parece conocer tales símbolos. Mientras conversa con un marinero de Asshai, su protector, la mano llameante, Allios, siente cómo una ráfaga de viento se levanta, mira hacia el mar y ve ondear sobre el mástil de una gran nave de casco negro, un bandera de color azul celeste con un sol dorado en el centro flanqueado por una balanza y tres monedas de oro. Inmediatamente toca a la sacerdotisa, pues es mudo, quién se maravilla al contemplar la bandera. Pregunta a un mendigo que de quién es el barco. Una moneda de cobre, y no la voluntad de R'hllor, es la que convence al viejo de abrir la boca, afirmando que la nave llegó esa misma mañana procedente de algún lugar de Dorne. Salenna sube a bordo y, ahora gracias a la plata, saca de uno de los marineros que en la nave viaja lady Tysha de Dorne que se hospeda en La Casa del Mercader.
Tysha, ser Nero y Iganatus se encuentran comiendo en uno de los apartados del salón principal de la posada, cuando una mujer vestida de rojo, acompañada por un soldado vestido de naranja con una extraña lanza en forma de llama comienza a nombrar a voz en grito a la joven pentosi, ahora señora en Poniente. Ordena a ser Nero que los traiga ante ella, donde Salenna explica el motivo de su búsqueda y le ruega permita llevarlos a ella y a Allios hasta Dorne. Tysha, en susurros le dice a la sacerdotisa que la llevará a cambio de que le diga a su esposo que ha visto en sus llamas que pronto concebirá un hijo. Salenna se muestra reacia, dudando si tal acto sería blasfemia para el Señor de Luz. Tysha le da hasta mañana a esa misma hora para que tome una decisión y los despide.
Por la tarde, lady Tysha envía a Ignatus al palacio del comerciante de Qarth, Hotoro Hataris, con el que su padre, el magíster Indorio, iba a cerrar el trato comercial. El administrador eunuco entrega una carta de Indorio y recibe la respuesta del qarthiense invitándolo a cenar esa misma noche en su palacio.
Mientras Tysha, acompañada por ser Nero, recorre los mercados de Volantis viendo vestidos, joyas, perfumes, bestias y toda clase de maravillas procedentes de todos los rincones del mundo. Finalmente se detiene en una tienda de perfumes donde tras cruzar palabras, que ser Nero no entiende, con el mercader y mostrarle cuatro piezas de oro, este la conduce al interior de la tienda, donde le saca un pequeño y decorado frasquito de cristal con un líquido rojo dentro. Después vuelven a La Casa del Mercader.
Durante la noche Ignatus, Tysha y Hotoro comentan las condiciones de su acuerdo. Una vez al año el traerá a Volantis un enorme especiero desde Qarth cargado con especias y productos de lujo procedentes de oriente y el Mar de Jade. Las mercancías serán recogidas en la ciudad por las naves de la Compañía del Mar de Dorne, que las llevarán hasta los Siete Reinos. Mientras saborean la exótica cena, de la que ser Nero apenas prueba bocado, van cerrando el acuerdo, quedando en ir al día siguiente a inspeccionar las mercancías y las naves del qarthiense.
Todo el día siguiente lo dedican a estos menesteres y durante la comida, Selenna acepta las condiciones de Tysha, tras lo que pasa a acompañar a los extranjeros junto con Allios.
El tercer día de estancia en Volantis, lo dedican a la segunda tarea que le magíster Indorio les encargó: comprar esclavos para servir en su casa en Dorne. Además de siervos domésticos, adquieren a dos jóvenes, una de piel negra como el ébano, y otra blanca como el arciano, instruidas para servir en pareja en las casas de placer de Lys, para que sean compañeras de cama de magíster. Por último, buscan soldados para la guardia personal de Indorio, para lo que eligen a un esclavista venido de Astapor que ofrece a sus guerreros Inmaculados. Salenna ilustra sobre la fama que estos guerreros tienen, que queda demostrada cuando uno de ellos derrota a ser Nero con sólo dos movimientos. Igantus compra a veinte hombres y un capitán.
El grupo permanece en Volantis dos días más donde terminan de cerrar en acuerdo con Hotoro, y adquieren algunas mercancías. Después ponen rumbo a Dorne. El viaje resulta tranquilo, salvo una pequeña tormenta que cruzan tras pasar Lys.
La noche anterior a la llegada a Hat, lady Tysha invita como es común a ser Nero a su camarote. Esta vez viste unas sedas casi transparentes que apenas ocultan su joven cuerpo desnudo. Esta sirve una copa de Dorado del Rejo a ser Nero y empieza a insinuarse. Ser Nero comienza a sentir un gran calor interior y se siente enormemente excitado, aunque se muestra reacio a la joven. Lady Tysha, junto a las palabras "esta noche engendraré un vástago para la Casa Dinjannar" se libera de su vestido y se lanza sobre ser Nero. Este intenta salir de la habitación pero la joven lo detiene y comienza a desnudarlo mientras lo besa. El caballero, sin otra opción desenvaina su daga y la coloca sobre el cuello de su señora ordenándole que se detenga. Tysha cambia el semblante, se retira, se viste y ordena a ser Nero que se marche. Mientras en la cubierta Salenna observa las llamas en el brasero del barco e instruye a Ignatus en los misterios del Señor de Luz. Finalmente todos se retiran a dormir.
Cerca del alba alguien llama a la puerta del camarote de ser Nero afirmando ser el contramaestre e informando al caballero de que el barco va a arribar a puerto y se a ordenado que suba a cubierta. Ser Nero sale y es reducido por cuatro Inmaculados que lo llevan de nuevo a su camarote. Entonces aparece lady Tyhsa portando un afilado cuchillo.
- Le he dicho a mis hombres que queréis hacer una ofrenda a su Diosa de las Lanzas. Ya que no le dais uso...
Y sonriente desnuda al caballero y lentamente empieza a cortar su miembro y sus testículos que después arroja a un brasero. Tras lo que se marcha triunfante del camarote dejando a Salenna, que había acudido por los gritos estupefacta ante el, ahora eunuco, caballero.
Tras llegar a Hat, Tysha se dirige al castillo para ver a su esposo, mientras que ser Nero es llevado en camilla a sus aposentos donde solicita verse con su señor. Salenna y Allios son recluidos en una habitación del castillo, e Ignatus se reúne con el magíster Indorio para informarle sobre el acuerdo comercial y presentarle a los esclavos, quien se muestra de acuerdo e informa a los esclavos que a partir de ese momento serán nominalmente hombres libres recibiendo una moneda de plata cada luna, pues la esclavitud está prohibida y castigada en Poniente, pero que en todo momento deben acatar sus órdenes y bajo ningún concepto pueden abandonarlo. Acto seguido solicita a Ignatus que selección a cuatro de los mejores Inmaculados y los envíe al castillo para que integran la guardia personal de su hija.
Ese mismo día, al alba, un cuervo llega al torreón de ser Derek procedente de Hat, e informando de que uno de sus exploradores ha encontrado restos de un ataque a una caravana de mercaderes en el camino entre Hat y Torrearena, y solicitando al caballero que se presente en el castillo. Ser Derek junto a otros cinco jinetes, parte inmediatamente. Efectivamente, a dos leguas de Hat, se encuentra con la terrible escena. Mas de veinte cuerpos, incluyendo mujeres y niños, esparcidos por el camino manchado de sangre, cuatro carromatos quemados, y los restos de tres hombres que podrían ser guardias contratados por la destrozada cota de malla que viste uno. Por la forma del ataque y la manufactura de alguna de las flechas que encuentran esparcidas, ser Derek deduce que se trata de bandidos y salteadores. Junto a sus hombres apila los cadáveres a un lado y pronuncia una breve oración a los Siete, tras lo que continúa su camino.
En Hat, ser Yusuff, señor del castillo, visita a ser Nero junto al maestre y al septón. El caballero eunuco cuenta lo acontecido, como su esposa trató de yacer con él y cómo el la rechazo con la consecuente perdida de su virilidad. Yusuff se lamenta, y le dice a su caballero juramentado que de buena gana castigaría severamente a su esposa pero que no puede hacer nada pues le debe a su suegro más de 100.000 dragones de oro, así como gran parte de las tierras de Hat e incluso Torrearena. Deuda que permitió la reconstrucción de ambos señoríos tras la guerra acontecida tres años atrás y que ahora le tienen subyugado al magíster penstosi. Además durante el conflicto, el accidente que llevó a ser Yusuff a perder la pierna también lo dejó impotente, por lo que no puede satisfacer a su esposa en la cama ni engendrarle vástagos, escusando en parte su infidelidad. No obstante afirma que hará todo cuando esté en su mano para compensar la pérdida del caballero en su nombre. Durante la conversación ser Nero hace alguna referencia a Salenna y a R'hllor al que muestra una fidelidad que no gusta nada al septón Garza que a voz en grito afirma la demencia del caballero fruto de sus heridas, y ordena traigan siete velas para colocar en la habitación de este. Mientras el maestre comienza a tratar a ser Nero.
Por la tarde Ignatus llega al castillo con los Inmaculados informando sobre el deseo del magíster de que formen parte de la guardia de la señora, así como de las vicisitudes de su viaje. Ser Yusuff le dice conocer la naturaleza de sus nuevos "sirvientes" y le dice al administrador que más le vale tenerla oculta porque aunque a él lo tienen entre la espada y la pared no así a otros señores de Dorne o al mismo príncipe Doran, que pronto podían ordenar la ejecución del magíster si se enteran de que compra esclavos.
Cuando Ignatus sale, entra ser Derek, que informa al señor de Hat sobre lo visto en el camino. Este le proporciona cinco de sus mejores jinetes y le solicita que, como es su deber, busque a los bandidos y los lleve ante su persona para que sean juzgados. Antes de partir ser Derek visita a ser Nero tras conocer la noticia de su pérdida de manos de Yusuff. Mientras los caballeros conversan, Salenna aparece en los aposentos para solicitar a ser Derek que la lleve con él, pues por sus pesquisas en Volantis y durante el viaje, a averiguado que la joven que busca es la esposa del caballero, Dana. No sin ciertos reparos, ser Derek acepta que la sacerdotisa roja lo acompañe aunque deja muy clara su fe inquebrantable en los Siete.
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