Bueno hoy vengo a ilustraros con una
de la escenas que un servidor ha vivido en casi todas las partidas que ha
jugado, tanto en un lado como en otro de la pantalla (expresión que uso
metafóricamente pues nunca he utilizado pantalla cuando he masterizado), y esta
es el concurso de bebida.
Desde mis más tempranos inicios
con el ya mencionado juego amateur de Galad, hasta la actualidad, nuestros
personajes han batido sus hígados para conseguir premios, dinero, “gloria” o
una terrible resaca. Paradas en posadas, celebración de victorias, bodas o
banquetes oficiales han sido siempre ocasión para llevar a cabo una de estas
competiciones que nos han dejado (especialmente al día siguiente) con alguna de
las escenas más cómicas de las partidas: “amaneces
emplumado y atado a un puente”, “estás
desnudo y a tu lado hay una anciana decrépita con cara de felicidad”, “te duelen tus cuartos traseros”, “despiertas en una pocilga de cerdos” o
la más burra “amaneces metido en un
barril de manzanas en mitad del desierto”…
También estos eventos han sido
causa de emparejamientos de muy diverso desenlace. Por ejemplo, en la primera
crónica que jugamos de Canción de Hielo y Fuego, tras una fiesta en alta mar, la
mayoría de los personajes como consecuencia de uno de estos concursos de
bebida, acabaron, digamos con poca consciencia de sus acciones, y se acostaron
unos con otros, con resultados tan normales como sexo entre una pareja de
enamorados, intercambio de ropas, tríos, o hasta zoofilia (sí amigos, esto es
verídico).
Tampoco podemos olvidar los
premios conseguidos, desde un buen puñado de monedas de oro, hasta un rarísimo
zurrón sin fondo, pasando por monturas, armas, y todo tipo de artefactos, que
en más de una ocasión, para rabia de los jugadores, ha ido a parar a manos de
Pnjs.
El sistema para resolver estos
encuentros ha ido evolucionando y perfeccionándose. En nuestras primeras
partida consistía básicamente en lanzar un d6, si el resultado era 1-2 fallabas
la tirada, a los tres fallos caías inconsciente. Ya en CHF el sistema ha sido
más elaborado y realista, cada personaje realiza una tirada de Constitución con
la que debe superar una dificultad que se va incrementado con cada ronda, el
que fracasa tres veces está fuera.
En definitiva, una anécdota de
juego que estoy seguro muchos tendréis en común, y los que no os recomiendo que
probéis. Os invito a compartirlas!!
Qué serían de nuestras sesiones sin concursos de este estilo, es como quitarle el turrón a la navidad.
ResponderEliminarEn Warhammer hasta había una habilidad a propósito para beber xD